Tener contacto con la naturaleza es algo que la humanidad necesita, incluso en las urbes más pobladas se procuran espacios públicos con vegetación.
Por ello, no es casual que existan actividades como el campismo, natación, buceo o cualquier otra actividad que pueda mantener cerca a los seres humanos de algunos hábitats.
Esta convivencia continua entre naturaleza y humanidad casi entraña un riesgo para la primera;
sin embargo,en ocasiones la humanidad también se ve perjudicada.
Recientemente un gran tiburón blanco atacó y mató a un hombre, dado este hecho buscan matarlo agresivamente.

¿Es ético? matar matar a un tiburón
Un ataque de tiburón le costó la vida a Simon Nellist

Simon Nellist era un exsoldado británico y nadador de 35 años.
Uno de sus pasatiempos favoritos era nadar en el mar porque amaba y respetaba profundamente la naturaleza.

Sin embargo, un incidente le costó la vida en febrero de 2022.

De acuerdo con PlayGround, todo sucedió cuando un tiburón blanco atacó a Nellist en la playa de Little Bay, sur de Sídney.

El joven estaba entrenando para un nado benéfico Malabar Ocean Swim que iba a llevarse a cabo el domingo siguiente, que fue suspendido. Como si eso fuera poco, Nellist estaba preparando la suya con su novia Jenny Ho, la boda se llevaría a cabo en las próximas semanas.

Este trágico accidente es el primer ataque de tiburón en esta región en más de 60 años. Cuando sucedió el ataque, un pescador en estaba y sucedió bajo su mirada asombrado y pide ayuda. Él vio cómo el tiburón blanco arrastraba por varios metros el cuerpo de Nellist.

Como se mencionaba al inicio, la relación entre la humanidad y la naturaleza es constante, en especial en las últimas décadas cuando el tema del calentamiento global es latente y las acciones para mitigarlo urgentes.

Tal situación ha obligado a diversas especies a salir de sus hogares y estar más cerca de las actividades humanas, lo cual representa un peligro tanto para los animales como para la humanidad.

El caso de Nellist resalta este elemento, ya que él se encontraba nadando en mar abierto -hogar de diferentes especies marinas- lo que supone un contacto directo con la naturaleza, pero también una exposición a sus peligros como fue el caso.

Por lo que es probable que aniquilar a un animal que actuó por instinto pueda resultar poco ético, por lo que si bien es imprescindible procurar el bienestar de quienes acuden al sitio de los hechos, matar a un tiburón por atacar bajo sus propios impulsos y sin más argumentos podría encontrarse fuera de los criterios éticos.
Por otra parte, es de interés cuestionarse es que son los seres humanos quienes estamos transgrediendo los espacios naturales de forma más agresiva, no específicamente en el caso de Nellist, pero sí al momento de invadir hábitats naturales indebidos o no tomar acciones para mitigar el calentamiento global, acciones que le han arrebatado el hogar de cantidad de animales y llevado a la extinción a otras.